Siempre noir

La intensa época, llamémosle clásica, del cine conocido como noir, aquella en que habitan  turbadores films donde se dan cita tramas alambicadas, personajes turbulentos, pasiones ocultas e imágenes tenebrosas, ha asaltado durante la época del dvd, y ahora el blu ray, las estanterías de los cinéfilos buscadores de joyas y rarezas olvidadas. Y existe en el mercado algún sello distribuidor que, con gusto y dedicación, ha conseguido que, a través un producto muy cuidado, el contenido sea  muy atractivo.

Existen, sin embargo,otras innumerables  presentaciones de dvds vestidos con carátulas tristes, tipografías desangeladas,textos anodinos e incluso erróneos, productos decididamente feos, que parecen haber sido "diseñados" bajo el influjo de algún tipo de opiáceo.

Como buscador y coleccionista de este tipo de cine tan querido, me he llevado muchas veces alguno de estos últimos productos a casa con la sensación de haber pagado más de lo necesario por un artículo manufacturado con desgana y sin sensibilidad alguna. Y, en no pocas ocasiones he sentido el impulso de ponerme a subsanar tales negligencias, realizando yo mismo diseños para carátulas alternativas.

Lo cierto es que tampoco hay que realizar grandes gestas para conseguir, a mi entender, un producto aractivo. La galería de imágenes provistas de ese maravilloso blanco y negro que a ti y a mí tanto nos gustan es enorme, y basta con un cierto gusto y reflexión a la hora de elegirlas para obtener unos resultados realmente atractivos.

De modo que, ahora, ya sabes de qué va este blog: carátulas de cine, sí. Hechas desde el cariño y desde el respeto a un género cinematográfico que tanta fascinación puede ejercer en quienes vemos en él reflejada cierta parte oscura de la sociedad que, estilizada en manos de verdaderos especialistas, consiguió dotarse de una personalidad propia, explosiva, lírica, romántica, violenta y sofisticada a la vez. Lo cual no es poca cosa.

Si tú eres un degustador de este tipo de ambientes sombríos, melancólicos y perturbadores, poblados por personajes melancólicos, angustiados y atrapados en situaciones desesperadas, sabe entonces que aquí no estás sólo: somos muchos los que compartimos ese escalofrío placentero que nos lleva a caminar por esa cuerda floja tendida sobre el abismo que supone apagar la luz y sentarse ante el televisor para acompañar las penalidades de los protagonistas de este género impar.

Bienvenido, pues.